En México la industria automotriz sufrió, al igual que otras industrias como la juguetera o la textilera, los efectos de la llamada “desindustrialización” provocada por una vocación exportadora que dejo de lado el crecimiento del mercado interno, aseguró en entrevista con Indicador Automotriz, la directora de la IDEA de la Universidad Anahuac, Laura Iturbide Galindo.
La baja en las ventas de las tres grandes de Estados Unidos, General Motors, Ford y Chrysler, provocó que muchas empresas mexicanas proveedoras de autopartes “sobre todo del área del motores sufrieran debido a que no pudieron realizar el cambio tecnológico necesario”.
Un caso contrario ha sido China, cuando el mercado de exportación cayó hizo “un switch hacia el mercado interno. En nuestro país el tamaño del mercado representa una garantía de la ventaja competitiva pero la limitación es la baja capacidad de compra de compra de la población”, aseguró Laura Iturbide.
México consolidó muy bien las plataformas automotrices para las empresas estadounidenses en el país. Pero olvido que la región de Norteamérica, incluido nuestro país, ha migrado hacía los vehículos asiáticos y las plataformas también deberán hacerlo.
“Desde luego México aprovecho en el exterior el espacio que abrió la crisis y que dejaron las exportaciones japonesas. Por ello, es de vital importancia el apoyo a las armadoras y a los autoparteros proveedores para reforzar la cadena productiva tanto para el mercado nacional como para el externo”.
