Como Gerente de Ventas de Voith Turbo, José Antonio Piana Yáñez, reconoce entre los temas pendientes en la industria del autotransporte la seguridad de conductores, vehículos y mercancía, pues todavía son pocas las compañías transportistas que están dispuestas a invertir para lograrlo.
La tecnología incorporada en motores de alto rendimiento en camiones y autobuses garantiza una operación con más carga y mayor kilometraje pero, “la seguridad sería el tema a resolver”, abundó.
De acuerdo con su experiencia, considera que dos han sido los retos principales para Voith Turbo la empresa donde labora, “en el segmento de pasaje entrar al mercado con la transmisión automática que poca gente conocía; y en el de carga convencer a los administradores de las grandes flotillas de instalar un retardador en los camiones” para obtener ventajas en ahorro y seguridad.
Según estadísticas de algunas empresas dedicadas al transporte de mercancías, la incorporación del retardador en sus unidades permite durante la operación “aprovechar su capacidad de carga al máximo. El uso de velocidades medias más altas y constantes, con un mayor colchón de seguridad. Además, los frenos de servicio quedan más protegidos y las pastillas de freno duran hasta ocho veces más, ahorra tiempo y combustible”.
En México las carretas son complicadas, en ocasiones con pendientes muy pronunciadas y algunos camiones de carga que circulan en configuraciones de doble remolque, que por ley deben cargar 75 toneladas, en ocasiones llegan a transportar hasta 110 toneladas; evidentemente las unidades están equipadas con motores, diferenciales y ejes para jalar este peso. Sin embargo, “con el uso de los frenos de disco los expertos nos hemos dado cuenta de que los sistemas de frenado, y las balatas han tenido poco desarrollo”.
Piana Yáñez señala que en una pendiente larga, que podría ser de Rio Frio a la Ciudad de México, equivalente a una distancia de 80 kilómetros, con una combinación doble remolque cargada las unidades descienden a una velocidad promedio entre 25 y 30 kilómetros por hora, debido a que al calentarse los frenos aumenta la temperatura en las balatas.
“En nuestra gama de productos tenemos un retardador que puede hacer que bajes la pendiente sin tocar los frenos y detener la unidad de forma inmediata, al convertir tus frenos de servicio en unos de emergencia.
“Con esto se logra un ahorro en balatas ya que en lugar de cambiarlas cada tres meses, el tiempo se eleva a dos años, así el vehículo se mantiene más tiempo en ruta y menos en el taller. En el caso de las llantas, gasto considerado de alto costo, en rutas pesadas la ceja se caliente y éstas ya no sirven para renovado, si un full se equipado con 34 llantas en un viaje, debido al calentamiento, convierte 25 en desecho sin poder reutilizarse y provocan un gasto excesivo, aquí es donde el retardador contribuye al ahorro”.
En autobuses la marca mantiene presencia con transmisiones automáticas en las rutas del Metrobús, Macrobús, Óptibus, Mexibús, y unidades de la Red de Transporte de pasajeros a nivel nacional. En el segmento de autobuses se incorporó el compresor Voith en importantes líneas de pasaje foráneo y corredores BRT.
Los camiones en Europa incorporan de fábrica el retardador. En Estados Unidos, por su parte, la legislación establece que con el freno de motor es suficiente, “en México su instalación requiere una inversión aproximada del 5% del costo de un camión y a los clientes, en ocasiones, se les hace caro”.
Al final, la incorporación de estos sistemas hace ganar dinero a las empresas sin necesidad de descapitalizarse, pues la inversión requerida no es cuantiosa. El trabajo con los transportistas es grato pero a veces complicado, pues hay quienes dicen: “si mi abuelo y mi padre no necesitaron esto ¿yo por qué? Pero también es cierto que hay una nueva generación que prueba y aprueba las nuevas tecnologías”.