Las expectativas creadas con la Reforma Energética y la apertura comercial de la industria del petróleo a la inversión privada y extranjera han generado incertidumbre en las empresas dedicadas al transporte de mercancías y de personal en el país. La reestructuración de Pemex que deja de ser monopolio y paraestatal para pasar a ser una empresa productiva del estado, representa un importante y difícil reto, “pues tiene lo peor de los dos mundos”, asegura el directivo del Grupo Perc Energéticos, César Pereda López.
Con las nuevas reglas el mercado se apertura no solo a todo tipo de petrolíferos, sino también a la inversión en beneficio de todos para una mejor operación con nuevas reglas. De acuerdo con los tiempos originales, a partir de 2014 se contemplaba el incremento controlado de los precios de los combustibles. En el periodo comprendido entre 2015 y 2017 las autoridades plantean imponer la política de precio máximo, que se vive actualmente y ya es posible importar combustibles.
Antes de la reforma, con un modelo de franquicia, Pemex era el único suministrador de combustible con un margen de comercialización garantizado, la infraestructura y logística era controlada por la empresa sin criterios de eficiencia y se realizaba poca inversión en infraestructura, no había diferencia en los precios de los combustibles.
La tasa de crecimiento de los precios de la gasolina en el país mantuvieron desde 1995 un incremento mensual, en el periodo comprendido entre ese año y 1999 el aumento promedio fue de 0.37% y el aumento total del periodo fue de 18%. Entre los años 2000 a 2006 el aumento promedio anual fue de -0.036% y el promedio del período de -1%, observándose una baja, desde éste año y hasta el 2011 el promedio anual del aumento en precios de la gasolina fue de 0.24% y el incremento total el periodo fue mayor al de los dos anteriores alcanzando el 41% de acuerdo con información del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI).
Durante 2014, en la primera etapa de transición, se realizó un aumento mensual de nueve centavos a la gasolina magna y de 11 centavos para la premium y el diesel. En la segunda etapa, que comprende el período entre 2015 y 2019, los precios serán ajustados mensualmente por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) en razón a la tasa inflacionaria del país y en correlación con los mercados internacionales, asimismo se irán venciendo los contratos anuales de franquicia de Pemex.
Sería hasta enero de 2018 cuando se libere el mercado de precios máximos y si no hay ningún cambios “en la jugada” se pasará al libre mercado; sin embargo, esto no implica una reducción en los precios o que el combustible será más barato, comentó César Pereda.
No obstante la SHCP propuso en el Paquete Económico a enero de 2017 la liberalización de los precios de las gasolinas en México, es decir, que los precios de las gasolinas Premium, Magna y el diesel sean determinados conforme a los precios internacionales del energético y no sean valores asignados directamente por el Gobierno federal.
“Para ello, se propone que la Comisión Reguladora de Energía (CRE), órgano regulador del sector, junto con la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece), determinen el ritmo de la liberalización de los precios para las distintas regiones del País”, dijo la SHCP.
Perda cita como ejemplo el Valle de México, donde ya existe la infraestructura necesaria, terminales y ductos para llevar el producto es posible que éste sea más barato pero que sucederá en estados sitios como en Los Cabos, en Baja California, donde actualmente el precio por litro es de 13.77 pesos, pero se carece de la infraestructura necesaria para su traslado y los altos costo logísticos puede encarecer el precio hasta alcanzar los 18.00 pesos por litro.
La pretensión del gobierno mexicano de establecer una política de precios similar a la de Estados Unidos, a través de la eliminación del subsidio a las gasolinas, que representa el 1.4% del gasto gubernamental y de esta manera equilibrar los precios nacionales con los del mercado internacional necesita el establecimiento de una política de deslizamiento de precios por etapas, de acuerdo con especialistas.
