La reciente adquisición de Chrysler, por parte de la firma italiana Fiat, tendrá efectos en México debido a la cantidad de alianzas estratégicas que la representación mexicana tiene con otras empresas automotrices y que representan competencia directa para el nuevo socio de la empresa estadounidense.
El anunció de la compra no significó cambio alguno en la dirección mexicana al mantenerse como director de Chrysler de México, Joseph Chamasrour, pero el futuro de la producción de autos parece que no correrá con la misma suerte, opinaron analistas del sector.
Una de las dudas que se genera es al ser Chrysler la importadora directa de la marca Mitsubishi, formada por una red de distribuidores para comercializar la Pick Up L200, misma que podría salir del mercado por no estar dentro de los planes de la italiana.
Otro caso son los modelos de Dodge, en los cuales Chrysler comercializa la Pick Up H100, el cual represento, junto con el Atos y Attitude, el 25% de las ventas del año pasado. Estos modelos son competencia directa de varios autos que produce FIAT, por lo que existe la seguridad de que ambas alianzas desaparecerán en los próximos días.
De cumplirse los pronósticos se presentará una fractura que podrá afectar la producción dentro del mercado nacional, al perder uno de los acuerdos que a Chrysler le permitió el cuarto sitio de participación en el mercado durante el 2008 al colocar más de 27 mil unidades de Hyundai.
En el tema, el director general de Fiat México, declaró que es el momento de ver hacia delante y no pensar más que en las grandes oportunidades que la alianza entre la italiana y la estadounidense pueden proyectar hacia el futuro con el objetivo de “salvar a Chrysler”.
