“Quienes adquieren autopartes pirata contemplan en su mayoría un ahorro mal entendido en el costo de las mismas, dejando de lado que son copias y no partes originales que fueron fabricadas bajo estándares de calidad y procesos certificados”, aseguró el Gerente de Ventas de Voith, José Antonio Piana.
En el caso de los retardadores se han encontrado deficiencias “en los housing maquinados para insertar un segundo oring, una condición inaceptable cien por ciento. Así como un rotor llenado y maquinado en torno o una carcasa soldada para ser reutilizada, con un trabajo mal hecho ya que la carcasa ya no sirve para reutilizarse”.
De acuerdo con información de la Asociación Nacional de Representantes, Importadores y Distribuidores de Refacciones y Accesorios (Aridra) entre los efectos negativos de la piratería en la industria de autopartes se encuentran: favorece la evasión de impuestos, debilita a la industria local y fomenta la delincuencia.
Desde el empaque “los productos (autopartes) son copias fieles, así como las características de manufactura de las piezas, lo que dificulta, en muchas ocasiones, distinguirlas de los de marca original”. Sin embargo, de acuerdo con directivos de algunas empresas, una revisión a detalle permite distinguir una pieza de otra.
En el caso de una quinta rueda fabricada en China, los actos de piratería se perciben en aspectos que van desde: patente, tecnología, resistencia, materiales, precisión, seguridad y durabilidad, entre otros. En el caso concreto de los pernos éstos que no cuentan con el respaldo y la garantía necesarios en operaciones de transporte.
