Los cambios en los esquemas de chatarrización de unidades por parte del gobierno de Colombia motivaron una reducción en la compra de tractos provenientes de México que, en consecuencia, han afectado al sector autopartes. “Son aproximadamente 4 mil tractocamiones que se van a dejar de vender y hay que tomar en cuenta que esas unidades tienen una alta integración nacional de autopartes”, explicó a Indicador Automotriz el presidente ejecutivo de la Industria Nacional de Autopartes (INA), Oscar Albín.
Cabe recordar que en Colombia existe un programa de chatarrización obligatorio, es decir, si se pretende meter una unidad nueva al parque vehicular se tiene que chatarrizar otra (esquema 1×1). Una alternativa al 1×1 es comprar una póliza por hasta 35 mil dólares, que equivale al 30-40% del valor de la unidad y compromete al transportista a chatarrizar una unidad en tres meses, si no se chatarriza se hace efectiva la póliza. El problema fue que al quitar la póliza primero por 90 días y luego por 45 más, las empresas que estaban adquiriendo unidades nuevas dejaron de comprarlas.
Los tractocamiones que se producen en México y se envían a Colombia tienen una alta integración de partes nacionales como ejes, frenos, cardanes, acabados interiores, cabinas, tanques de gasolina, tubería, etcétera, de empresas que se dedican al equipo pesado. “Son volúmenes que perdemos junto con nuestros clientes (fabricantes de tractocamiones), aproximadamente 40 empresas de autopartes están siendo afectadas por la reducción del volumen de exportación de unidades a Colombia”.
Si bien el cambio de normatividad ambiental en Colombia de EPA a Euro no se ha resuelto, los cambios en el esquema de chatarrización ya surtieron efectos, pues eliminar la póliza para la chatarrización ha limitado la importación de tractos nuevos en este año. “Ojalá se pueda recuperar la producción de tractocamiones y busquemos destinos hacia Canadá y Estados Unidos, aunque Colombia venía siendo un importante cliente alterno”, agregó Albín.
“Sí nos afecta la baja en importación, además el mercado interno no ha terminado de levantar, el gobierno no ha terminado de ejercer los gastos y el mercado de Estados Unidos tampoco crece, a final de cuentas va a ser un saldo de pérdida para la industria de autopartes. No se ha cuantificado el monto en pérdidas, pero debe ser una cantidad importante de dinero”, comentó el titular de INA.
Explicó además que no se han eliminado empleos porque son volúmenes que no hacen que cierre una fábrica o una línea de producción, pero la producción de autopartes no crece y no se están generando nuevas plazas. “Estamos trabajando en conjunto con la Asociación Nacional de Productores de Autobuses, Camiones y Tractocamiones (ANPACT) para buscar que el gobierno de Colombia sea flexible en su normatividad, aunque no podemos influir en sus decisiones”.