Con un parque vehicular circulante estimado en más de 420 mil unidades, de las cuales más de 351 mil corresponden a vehículos de carga y el resto a pasaje, la mayoría de ellas equipadas con motores a diesel, la demanda nacional de diesel en el autotransporte, en el periodo comprendido entre 2000 y 2011, pasó de 3,942.2 a 5,783.9 litros cúbicos diarios de diesel, de acuerdo con información de la Secretaria de Energía (SE).
La calidad del diesel nacional fue óptima para las nuevas tecnologías hasta 2008, ya en 2011 la producción de diesel UBA alcanzó 80 Millones de barriles diarios (Mbd). Si bien aun no se comercializa en todo el país, requiere importantes inversiones en plantas de hidrosulfuración, pues las refinerías no están preparadas para producir el que exige la normatividad ambiental, requisito indispensable para introducir motores con tecnología avanzada que reduzca las emisiones contaminantes a la atmósfera.
Ante la necesidad de producir y utilizar combustibles amigables con el medio ambiente, a nivel internacional se analiza la utilización de combustibles alternos provenientes de fuentes renovables y no renovables para sustituir el diesel y México no es la excepción. Entre las opciones más viables se encuentran: El biodiesel y la electricidad y en segundo lugar, el gas natural.
En la actualidad, el parque vehicular del país transita hacia el uso de combustibles automotrices menos sucios, ya sea el diesel de Ultra Bajo Azufre o alternativos como el gas natural o el biodiesel. Además, existe la imperante necesidad de producir combustibles que cumplan con los requerimientos de calidad y demanda tecnológica de la industria del autotransporte, así como el establecimiento de normas ecológicas para la reducción de emisiones contaminantes.
En México, las armadoras que comercializan vehículos pesados a diesel buscan fortalecer su presencia en el mercado doméstico con la introducción de vehículos con motores que consumen menos combustible. Con ello garantizan una mayor durabilidad de los equipos con periodos de mantenimiento cada 20 mil kilómetros (kms.), afinaciones promedio en 160 mil kms., y una vida útil de los motores que, en ocasiones, supera el millón de kms, pero no es suficiente porque también deben lograr menores emisiones al medio ambiente.