Según el INEGI, de las casi 20 mil personas que trabajan en el sector asegurador, aproximadamente el 47% son mujeres. Esta cifra simboliza casi la mitad de la población laboralmente activa en el mercado afianzador y de seguros en México.
A estas cifras se suma una encuesta realizada el año pasado por la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS), junto con la firma de consultoría PwC, la cual señaló que el 50% de las posiciones gerenciales en aseguradoras son ocupadas por mujeres y, en el caso de posiciones directivas como CEO, CFO, CIO, CRO, se habla de un 30%. De la encuesta también resultó que de las 87 aseguradoras que forman parte de la AMIS, casi el 10% tienen a una mujer como directora general.
Y si bien estos números todavía reflejan la brecha de género que existe en el sector seguros, también confirman que se está generando un cambio con la participación de mujeres en cargos directivos, lo que sin duda equilibra la balanza en cuanto a igualdad de oportunidades en este y otros rubros como el financiero, automotriz, contable y de tecnología. Los ejemplos más recientes son la representación de Ana María Ramírez como presidenta del Colegio Nacional de Actuarios (CONAC) y el nombramiento de Sandra Gallegos como presidenta de la Asociación Mexicana de Actuarios (AMA).
Pero regresando al sector seguros, el liderazgo de las mujeres mexicanas ha sido contundente, sobre todo en los últimos años. Como muestra está la iniciativa encabezada por el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) de crear un Código de Principio y Mejores Prácticas del Gobierno Corporativo, que impulsa el incremento de la participación de las mujeres en los consejos de administración de empresas mexicanas. A pesar de que este código no es mandatorio, gran parte de las empresas que cotizan en la Bolsa Mexicana de Valores lo ha adoptado.
Otros acontecimientos que han abierto camino a este liderazgo femenino en el sector seguros fueron los nombramientos, el año pasado, de Sofía Belmar Berumen y Norma Alicia Rosas como presidenta y directora de la AMIS, respectivamente, y más recientemente, la elección de Marisol Sánchez como Presidenta de la Asociación Insurtech México, organización independiente que promueve la aplicación de tecnología en la industria aseguradora en México.
La innovación como punta de lanza para optimizar procesos, incrementar los niveles de seguridad, protección y cubrir cabalmente las necesidades de una extensa población en el mercado de seguros ha sido, sin duda, otro de los desafíos a los que se han enfrentado las mujeres que se desarrollan en este sector. La misma Marisol Sánchez lo explica: “la mayoría de los actores en el ámbito emprendedor asocian a las startups enfocadas en el desarrollo de tecnología con fundadores hombres. Y muchos programas para empresas creadas por mujeres se diseñan sólo para las industrias de alimentos, textiles, moda, etcétera, y no de tecnología”.
Como emprendedora, Marisol fundó Clupp, el seguro de movilidad que se adapta a las necesidades del usuario y su tipo de vehículo, ofreciendo planes flexibles según el kilometraje recorrido. Esta joven actuaria asegura que es importante identificar esos micromachismos en los sectores tradicionalmente “masculinos”, y también cómo los ejercen tanto hombres como mujeres para contribuir a eliminarlos e impulsar condiciones de trabajo bajo un esquema de igualdad de oportunidades y equidad de género.
Y aunque Marisol reconoce que es tarea de todos ejercer prácticas laborales que permitan a las mujeres la toma de decisiones en industrias tradicionalmente lideradas por hombres, considera que lo más importante es que las mujeres se sientan seguras de sus habilidades y conocimientos. “Que sepan, sientan y muestren que somos igual de capaces que los hombres para fungir como líderes. Que hay que arriesgarse, participar e involucrarse más en cualquier tema profesional porque cada paso que damos impacta a toda la sociedad. El carácter de arriesgarse a tomar decisiones difíciles y asumir las consecuencias es una característica que cualquier líder, ya sea hombre o mujer, debe tener”.
En resumen, retos, oportunidades y crecimiento es lo que se vislumbra para las mujeres mexicanas en el sector seguros, quienes hasta ahora han sabido colocarse por encima de cualquier desafío para contribuir al fortalecimiento y desarrollo empresarial bajo estándares más equitativos e igualitarios, que reflejen un proceso de cambio y evolución en este rubro.