En el marco del Día Mundial de la Seguridad Vial que se celebra este 10 de junio, la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA) compartió algunos datos, avances, compromisos e innovaciones por parte de la industria automotriz en la materia, así como preocupaciones que aún se mantienen para que México pueda procurar un entorno de movilidad más seguro para todas las personas.
De acuerdo con el Instituto Nacional de estadística y Geografía (INEGI), en 2020 se registraron 301,678 accidentes de tránsito en las zonas urbanas de México. Durante ese año, uno de cada 100 eventos de tránsito correspondió a accidentes en los que se registraron pérdidas humanas, mientras que en 18 de cada 100 hubo víctimas heridas; y de acuerdo con datos del Sistema Nacional de Seguridad Pública, en México los accidentes automovilísticos representan la quinta causa de muerte en la población en general y la primera entre jóvenes.
Sin embargo, reportes y cifras del INEGI del 2020 revelan que el 92.4% de los accidentes viales se vinculan a errores humanos, cerca del 2% a las malas condiciones del camino y menos del 1% a motivos imputables a los vehículos; por lo que es prioritario concientizar a la ciudadanía sobre aquellos factores de riesgo y sus consecuencias que deben tenerse presentes en todo momento para evitar incidentes. lesiones y decesos.
Ante esto, como país se han dado pasos importantes en la seguridad vial a través de la creación y/o actualización de leyes, regulaciones, normas y programas en la materia, como la Ley General de Movilidad y Seguridad Vial de reciente entrada en vigor en mayo pasado, que busca el refuerzo de los instrumentos de política pública existentes y contribuir a la construcción de aquellos que hacen falta para materializar espacios públicos cada vez más seguros para todos.
Desde la industria se han tomado diferentes acciones para asegurar que los usuarios tengan acceso a las mejores innovaciones vehiculares, y que son avalados con el cumplimiento de las leyes, regulaciones y normas, como lo es la NOM-194 sobre dispositivos de seguridad, -cuya actualización aún está pendiente de publicación – y que establece los nuevos dispositivos de seguridad mínimos que deben incorporar los vehículos nuevos para incrementar la seguridad vehicular, así como la seguridad vial que reduce las externalidades a la población, norma con la cual la industria automotriz cumple cabalmente.
Por ello, José Zozaya, presidente de la AMIA, comparte: “Los vehículos son más seguros hoy que hace 5 años cuando no existía una Norma Oficial Mexicana exigible sobre el tema; sin embargo, México requiere de una política pública integral en materia de seguridad vial, que contemple la educación vial como uno de sus ejes principales para vincular acciones e instrumentos regulatorios complementarios a estas normas. Se necesita concientizar a la ciudadanía sobre factores de riesgo, como puede ser el conducir cansado, distraído o bajo el efecto de bebidas alcohólicas y/o estupefacientes; también sobre amenazas vinculadas al propio entorno como elementos climatológicos, aspectos de infraestructura vial e incluso el mantenimiento permanente de los vehículos”.
Es necesaria la cooperación de todo el ecosistema vial para que se pueda procurar una mejor cultura y seguridad vial de forma integral. Desde robustecer los requisitos de expedición de permisos de conducir, para que los solicitantes demuestren que cuentan con las habilidades necesarias para conducir un auto, el conocimiento de los reglamentos de tránsito y señalización. Así como una infraestructura de vial y de movilidad adecuada que permita la prevención de accidentes de tránsito e incluso minimizar sus efectos sobre la integridad de la ciudadanía.
De igual modo, la industria automotriz ve importante señalar que el parque vehicular mexicano se compone de un alto índice de vehículos obsoletos que no cuentan con los dispositivos de seguridad que se requieren en la actualidad y además es en general un parque vehicular obsoleto, ineficiente y que contamina dada su edad promedio de más de 15 años. Por ello, debe considerarse urgente la implementación de incentivos que permitan la renovación del parque vehicular con vehículos que incorporen dispositivos de seguridad más recientes.
Esto a su vez, con decisiones como el reciente Decreto en el que se fomenta la Regularización de Vehículos Usados de Procedencia Extranjera , publicado a inicios de este año, agrava este problema pues la mayor parte de los vehículos ligeros que ingresan de manera ilegal al país no garantizan el cumplimiento de las normativas de vehículos en circulación, por lo que estimamos que en lugar de beneficios, son el origen de externalidades negativas como la excesiva contaminación y la baja o nula seguridad vehicular que deterioran el bienestar de la ciudadanía.
La AMIA sabe que contribuir a la reducción en la incidencia de accidentes viales es apostar por el bienestar del país, por eso reitera su compromiso de mantener un diálogo abierto y transparente con el sector público, privado y social de México, con el objetivo de trabajar en conjunto en la generación de políticas públicas integrales. Así se promoverá la protección y seguridad de los ciudadanos por medio de acciones colectivas que mejoren el entorno de la seguridad vial y permitan reducir las causas que originan los accidentes viales en el país.