Nueva Jersey, EUA. Durante una visita por las instalaciones del ExxonMobil Research and Engineering’s (EMRE) en esta localidad, Indicador Automotriz pudo conocer el proceso que se lleva a cabo para el desarrollo y análisis de nuevos lubricantes, los cuales marcarán la tendencia en el futuro cercano en temas como eficiencia, ahorro de combustible y cuidado del medio ambiente.
ExxonMobil destina mil millones de dólares al año en investigación a nivel global para nuevos productos. En este Centro de Investigación e Ingeniería cuenta con un área específica para el análisis y desarrollo de grasas, un producto que tienen 150 años de existencia y se utiliza en los sectores automotriz, minería, marítima, energía, entre otros, explicó el Gerente de Marketing Industrial de la firma en México, Adrián Méndez.
Existen cinco tipos de grasas de uso automotriz, las cuales resisten temperaturas de cero a cien grados, de acuerdo a la necesidad del cliente. Las grasas están compuestas de jabón y lubricante, el objetivo es que no se separen y cumplan su misión de quedarse pegadas al componente que lo requiere. La calidad de las grasas de ExxonMobil es extrema.
Hay diferentes tipos de aplicaciones para las grasas, así como distintos tipos de consistencias, ya sea líquida o espesa. Se producen en una olla de precisión y tarda alrededor de cinco horas el proceso. Su elaboración sigue el método tradicional de los años 20, es decir, se bate para conservar las características necesarias.
Por otra parte, existe en el EMRE un laboratorio donde se analiza que los aceites no se oxiden y cumplan con las características de calidad para su uso, ya que cuando se oxidan empieza la degradación y pierden funcionalidad. Lo meta principal en los aceites es mantener la viscosidad durante el uso en el vehículo. Un aceite automotriz tiene una duración promedio de 10 mil horas en uso permanente.
ExxonMobil trabaja muy de cerca con empresas de equipo original para sus nuevos desarrollos. Por ejemplo, la Fórmula 1 es un interesante laboratorio para las pruebas de aceite, que luego serán masificados en los mercados. En promedio desarrolla más de 20 innovaciones al año en lubricantes que avanzan a la par de la industria automotriz.
En el área de mecánica del Centro de Investigación, de acuerdo a las necesidades y usos, se empieza con el proceso de desarrollo de lubricantes. Antes se estudia la máquina para que funcione sin problemas. Dos veces al año observan las calibraciones. Se calibra para que sea lo más preciso posible, desde los pistones más pequeños a los más grandes.
Las instalaciones del EMRE incluyen otras áreas enfocadas a lubricantes industriales (no automotrices), así como un área para lubricantes de aviones. “Los aceites tienen que pasar por pruebas muy exigentes para poder ponerles la etiqueta de ahorrado de combustible”, finalizó Méndez.