Para el presidente de la Asociación Nacional de Transporte Privado (ANTP), AlexTheissen Long, deberían promoverse más discusiones sobre el cambio en la NOM-044 de emisiones contaminantes entre transportistas, fabricantes y autoridades. “Debemos tener más reuniones, los transportistas tampoco queremos una controversia, pero creemos que en el país necesitamos reconocer diversas diferencias con nuestros socios comerciales más inmediatos con son los Estados Unidos”.
Dichas discrepancias son: La antigüedad de la flota, el acceso a créditos, precios distintos y economías diferentes a nivel país, además de la calidad de los combustibles. “Si simplemente decidimos igualarnos con Estados Unidos no es posible, porque los transportistas no van a tener dinero para comprar camiones más caros y sí la opción de comprar camiones usados muy baratos y seguir usando los camiones viejos”.
En Estados Unidos tienen flotas menos antiguas de alrededor de 6-7 años en promedio, y por el tamaño de su economía es factible cambiar las normas regularmente, hacer inversiones en camiones más caros y renovarlos poco a poco. “En Estados Unidos es una controversia cada vez que viene una nueva EPA porque el vehículo normalmente sale más caro, el mantenimiento sube y a veces no funciona bien hasta que se resuelven los ‘detallitos’ de la nueva tecnología, ellos mismos creen que ya están en el punto en que, más que contaminar, el camión limpia el aire”.
Muchos transportistas estadounidenses, de acuerdo con Theissen, dirían: “yo no hubiera hecho esas inversiones, ya es un exceso, una exageración” el cambiar de EPA en tan cortos periodos de tiempo.
En México la realidad es distinta y si la tecnología nueva resulta más cara, se venderían menos camiones nuevos por ser más caros y crecería el parque de todos los camiones usados. “¿Qué me evita a mí como transportista ir a comprar un EPA 04 o 10 usado en Estados Unidos? Nada”, reflexiona el presidente de ANTP.
En México se tiene una antigüedad de 17 años, el país es más pequeño y los transportistas recorren menos distancias por lo que su retorno de inversión lleva más tiempo. “Si reconocemos esas realidades lo que tenemos que hacer es un avance moderado y decidir cuál debe ser. Tiene que haber un acuerdo y proponer como industria, fabricantes, transportistas, usuarios, cuál será el próximo avance en emisiones, uno en el que sea posible hacer esas inversiones y que los vehículos sean efectivamente menos contaminantes”.
Para Theissen, el verdadero enemigo es la contaminación que generan los camiones viejos. “Le conviene más a este país eliminar los camiones viejos, sin mover nada de la EPA/Euro. No hagamos algo que voltee aun más la balanza porque aún los transportistas que renuevan su flota constantemente van a comprar en Estados Unidos”.
