Si bien la exportación de camiones tuvo un alza en los 23 años del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), el libre cruce fronterizo de transportistas mexicanos siempre ha sido un tema pendiente. Así que bien vale preguntarse si la revisión, actualización, modernización o renegociación, resulta conveniente.
Ante la incertidumbre provocada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de “liquidar” el TLC firmado entre México, Estados Unidos y Canadá, e iniciar una era de proteccionismo para su país, las voces a favor y en contra del acuerdo comercial en la industria automotriz y del autotransporte, se han hecho escuchar.
En 1991 iniciaron las negociaciones de lo que sería el TLCAN, suscrito por el primer exministro canadiense, Brian Mulroney, el expresidente estadounidense, George Bush y el ex presidente de México, Carlos Salinas de Gortari. Entró en vigor el 1 de enero de 1994 y sustituyó al Tratado de Libre Comercio de Canadá y Estados Unidos firmado en 1998.
“De hoy en adelante América será primero”, dijo Trump 23 años después de su entrada en vigor durante su discurso de toma de posesión y por escrito reafirmó su compromiso a renegociar el NAFTA, “si nuestros socios (comerciales) rechazan una renegociación que le dé a los trabajadores estadounidenses un acuerdo justo, entonces se hará la notificación de nuestra intención de abandonarlo…”.
Con ésta y otras declaraciones realizadas, en el poco tiempo de su gestión, se puede deducir que la renegociación será complicada. Algunos analistas estiman que la duración podría superar un año con una desventaja para México, pues “se empalmaría con el calendario político en el país”.
Una clara señal de lo que se espera se mostró en la página de la Casa Blanca tras publicarse el comentario: “Para ejecutar esta estrategia, el presidente está designando a los (hombres) más duros y más inteligentes de su equipo, asegurando que los americanos tendrán los mejores negociadores posibles”.
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