En México se desechan alrededor de 40 millones de neumáticos al año, mientras que la tasa de recuperación de las mismas es apenas del 10%, todo el restante termina en vertederos, ríos y rellenos sanitarios, esto según datos de la Secretaría del Medio Ambiente del Estado de México.
A pesar de ello, aún no se cuenta con un sistema nacional de baja de vehículos que permita calcular de manera confiable la cantidad de llantas que son desechadas cada año. Asimismo, el riesgo sanitario y ambiental que conlleva el deshecho de neumáticos de manera irresponsable en vertederos es muy elevado, ya que favorece la reproducción de fauna nociva, como mosquitos transmisores del dengue, además de ser un riesgo latente de incendios, pues el caucho con que están fabricadas es altamente combustible.
Ante este panorama, TIP México, empresa de arrendamiento de transporte, autos y administración de flota, recolecta anualmente más de 60 toneladas de neumáticos inservibles de sus más de 25,000 unidades en arrendamiento, mismas que son entregadas a empresas cementeras para su co-procesamiento y utilización como suplemento del coque de petróleo, combustible empleado en la producción del cemento.
El co-procesamiento es una opción de uso final para los neumáticos, pues se trata de un proceso mediante el cual se convierte a los residuos en un material con características tales que pueda considerarse un combustible para realizar un proceso industrial específico, logrando disminuir el uso de otros recursos no renovables.
Estas empresas realizan una quema de los desechos en sus hornos, que alcanzan temperaturas de hasta 2,000 grados centígrados, incinerando todos los materiales utilizados e impidiendo la generación de desperdicios. De igual manera, el potente sistema de filtrado y neutralizado de gases con que operan asegura un manejo ordenado de los residuos.
TIP México realiza la entrega de sus neumáticos debido a que esta sustitución de combustibles fósiles es reconocida como una solución limpia para el manejo de residuos por instituciones como el Consejo Empresarial Mundial para el Desarrollo Sostenible (WBCSD) y la Organización de las Naciones Unidas (ONU), asegurando el nulo riesgo de la integridad física de los trabajadores o el daño a la comunidad, además de no causar un impacto negativo al medio ambiente.