El desempeño del consumo de acero en América Latina en 2019 registró una disminución del 5%, totalizando 64 millones de toneladas. Este resultado indica un nuevo año de desafíos para la economía de la región y viene a agravar el proceso de desindustrialización, que está presente hace décadas y que puede impactar la estabilidad de 260 mil empleos directos en el sector, de acuerdo con la Asociación Latinoamericana del Acero (Alacero).
El menor consumo de acero en la región refleja una contracción económica significativa de los países latinoamericanos, particularmente de las tres economías principales de la región: México, Argentina y Brasil, que explican el 87% de la reducción.
Entre las principales razones de esta situación se encuentran la desaceleración económica mundial, menores precios de los commodities, las disputas comerciales de Estados Unidos con sus socios, la reducción del comercio mundial y las incertidumbres políticas y su efecto sobre la inversión que enfrentan estos países y sus vecinos de América Latina.
Al comparar la tendencia de consumo en años anteriores, observamos una caída gradual desde 2014, momento en el cual el consumo alcanzó su nivel más alto (72.1 Mt). Esta caída representa un retroceso con relación a lo proyectado inicialmente de casi 5 millones de toneladas.
“Observamos con preocupación que un resultado de este tipo hace más grave la situación reflejada en estudios de la asociación que se refieren al proceso de desindustrialización que hemos sufrido. Incluso, estamos en proceso de actualización de este estudio para toda América Latina”, comentó Francisco Leal, director de Alacero.
De acuerdo con Germano Mendes de Paula, Coordinador de los estudios de Alacero, «el desempleo es un efecto del proceso gradual que ha entrado en nuestra región desde mediados de la primera década del siglo, lo que llamamos desindustrialización», dice. De acuerdo con él, la industria representaba el 30% del PBI de América Latina en 2000, pero actualmente solo corresponde al 15%.
“El consumo de acero es un reflejo del dinamismo industrial. Todas las industrias consumen acero: construcción, automotriz, maquinaria y equipo, empaque, agricultura etc. La caída o el bajo crecimiento en el consumo de acero son más graves en los países emergentes, ya que todavía necesitan importar más bienes de capital que los países industrializados».
En 2020 la expectativa inicial en América Latina es un crecimiento del 2.8% en el consumo de acero, que se espera alcance los 66 millones de toneladas. La proyección está influenciada por Brasil, principal economía de la región, que tiene una perspectiva favorable para este año, por las reformas económicas que están implementando.
Esta estimación podrá cambiar dependiendo de los efectos económicos que está teniendo el problema de salud pública generado por el coronavirus que se originó en China a principios de año y que ha causado volatilidad financiera y económica; lo que se ha traducido en revisiones a la baja de los pronósticos económicos que se tenían a principios de año.