La Reforma Fiscal aprobada a finales de 2013 ha traído dificultades en la operación diaria de empresas transportistas. El presidente nacional de la Cámara Nacional del Autotransporte de Carga (Canacar), Roberto Díaz Ruiz, las resume en tres puntos: precios del diesel, facturación electrónica y gastos ciegos.
Durante este año los costos del diesel siguieron en aumento, a ello se sumó la obligatoriedad de emitir facturación electrónica; «muchos de los que nos dan servicios no la brindan a cabalidad», por tal motivo no pueden deducirse dichos gastos.
Por otro lado está el tope de 8% para los «gastos ciegos», es decir, aquellos que no se pueden justificar o lo que se gasta sin recibir una factura con todos los requisitos de ley como podría ser el consumo de alimentos y, para lo cual, tienen un máximo autorizado de 2 mil pesos.
Incluso para los transportistas ha sido difícil facturar el diesel que consumen, «en algunos lugares si pasas a las 8-9 de la noche ya no está la persona que factura y te piden que pases por ella al siguiente día», el problema es que por los largos trayectos es invisible. Además, para facturar se tiene que pagar con tarjeta de crédito, debito o cheque nominativo.
«Esas son parte de las dificultades que hemos enfrentado con la Reforma. Yo creo que debe de replantearse porque toda la iniciativa privada está cuestionándola, y no es de gratis». Mencionó que el transportista a pesar de haber recibido ese «impacto tan fuerte» ha sabido sobrevivir siendo más eficiente y más administrado, incluso sigue comprando unidades nuevas.
Díaz Ruiz enfatizó que «si el piso fuera parejo para todos sería mucho más fácil superar las dificultades porque el transportista informal en muchos casos compra diesel robado, se queda con el IVA que cobra; no paga Infonavit, Seguro Social, aguinaldo o vacaciones y necesitamos que la mesa sea pareja para todos».