CETYS Universidad realizó el webinar “La Crisis de Semiconductores, el Futuro en la Industria Automotriz y de Transporte”, en el que expertos de los tres campus de la institución abordaron los hitos principales que se han generado en torno al desabasto de microprocesadores y cómo esto ha provocado un encarecimiento de la industria automotriz. Además de abordar el impacto que se vislumbra a partir del inicio del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania.
En este espacio se tuvo como ponentes a la Dra. Bertha Martínez, Coordinadora de la Licenciatura en Logística Internacional en CETYS Universidad Campus Mexicali; al Dr. Josué López, Profesor Investigador del Colegio de Ingeniería de CETYS Universidad Campus Ensenada; y al Mtro. Roberto Salas, Coordinador de Ingeniería Mecánica en CETYS Universidad Campus Tijuana. Quienes mencionaron en sus ponencias cómo es que la logística, la proveeduría de materiales, las situaciones sociales de pandemia y guerra actual afectan a la fabricación de microprocesadores.
“Ya que en México se produjeron más de 3 millones de vehículos en 2021, la proveeduría de microprocesadores es elemental para la industria automotriz mexicana. Los retos que han impactado durante estos meses son, al principio, los cierres de fábricas, la interrupción de las cadenas de suministro, la alta demanda de procesadores para la industria de electrónicos como celulares, tablets, televisores y PCs, y los problemas de planeación de la demanda”, explicó la Dra. Martínez durante su intervención virtual.
A su vez, el Mtro. Roberto Salas precisó que “los automóviles han cambiado en los últimos 30 años, pasando de ser vehículos no digitales, a ser vehículos con diversas funcionalidades provistas por procesadores digitales, tales como el clima, sensores de movimiento, cámaras y pantallas de infoentretenimiento. Tal es así que ahora un coche llega a tener de 5 mil a 15 mil elementos conectados a semiconductores y procesadores. Esto devela el impacto de la crisis de semiconductores y el por qué incluso ha detenido la fabricación de vehículos a nivel mundial”.
Acorde a datos del INEGI, en México el 56.9% de la carga de mercancías se hace a través del autotransporte – camiones, camionetas y tractocamiones –. El 64% de las exportaciones se movieron usando el autotransporte, al igual que las importaciones pudieron llegar a destino por medio de la red de carreteras, lo cual destaca la importancia de los vehículos de carga en la proveeduría y logística.
La industria automotriz se ha visto en gran modo afectada pues a pesar de que sigue siendo partícipe del 3.6% del PIB total nacional, generando más de 930 mil empleos directos, ha tenido una baja en ventas de 3.9% durante enero-febrero de este año, lo cual significa unas 158 mil 185 unidades sin vender. Esta situación se da por la escasez de semiconductores provenientes mayoritariamente de China y Taiwan, quienes por la pandemia dejaron de producir chips y luego registraron ventas exacerbadas para otras industrias.
A lo anterior se le suma la crisis logística por la Guerra Rusia-Ucrania que afecta a la logística, pues 2 mil 100 empresas europeas y estadounidenses tienen al menos un proveedor directo en Rusia; y 450 empresas de la misma región tienen proveedores de Ucrania. Estos a su vez son necesarios para la manufactura en el país, lo cual desencadenará una afectación mayor en la industria automotriz y de autopartes mexicana.
Por su parte, el Dr. Josué López dijo que “el auge de la movilidad eléctrica o hibrida es ya una tendencia, de la cual se espera que para el 2026, en México haya más de 18 mil 900 vehículos eléctricos vendidos, respecto a los 6 mil que hay por ahora. Esto es una tendencia mundial que busca reducir la huella de carbono, debido a que en México el 23% del CO2 es producido por los vehículos automotores”.
Sin embargo, a pesar de la tendencia, los catedráticos e investigadores coincidieron que para que la electrificación del transporte público y privado se dé es necesario contar con políticas públicas y acciones de la iniciativa privada para promover la descarbonización de la economía. Establecer facilidades y apoyos financieros como estímulos a estos vehículos para tener una competitividad y movilidad sostenible.
Los tres expertos concluyeron que la crisis económica, logística y de proveeduría podría resolverse en mínimo 3 años, sin embargo, no es algo exacto, pues los cambios sociales como las guerras y las presiones económicas podrían alargar o disminuir este lapso.