De acuerdo con el Global Trade Report de Euler Hermes, uno de los accionistas de Solunion, el comercio mundial podría crecer 5.4% en 2022 y 4% para 2023, a pesar de que las interrupciones en las cadenas de suministro mundiales continuarían elevándose hasta el segundo semestre del año próximo.
«Esperamos que el comercio mundial en volumen crezca para volver gradualmente a sus niveles medios anteriores a la crisis. Estados Unidos registrará déficits comerciales sin precedentes por alrededor de 1.3 billones de dólares en 2022- 2023, reflejados por un superávit comercial en China, de 760.000 millones de dólares de media. Por su parte, la zona euro también registrará un superávit superior a la media, de unos 330.000 millones de dólares», explicó Françoise Huang, economista jefe para Asia- Pacífico de Euler Hermes.
Es importante resaltar que, después de buenos resultados desde el segundo semestre de 2020, el comercio mundial de bienes se contrajo en el tercer trimestre de este año, especialmente en las economías más desarrolladas y en las emergentes.
Sin embargo, las economías avanzadas padecen más por los cuellos de botella en las cadenas de suministro que por los problemas de la demanda; según el informe de Euler Hermes, los déficits de producción están detrás del 75% de la actual contracción del volumen de comercio mundial y el resto se explica por los retrasos en el transporte.
Si bien existe el riesgo de una doble caída en el primer trimestre de 2022, se espera una normalización de los flujos comerciales internacionales en volumen a partir del segundo trimestre de 2022, impulsada por tres factores.
El primero refiere al descenso del gasto de los consumidores en bienes duraderos, dado su ciclo de sustitución más largo y el cambio hacia comportamientos de consumo más sostenibles. En segundo término está la menor escasez de insumos, ya que los inventarios han vuelto a los niveles anteriores a la crisis, o incluso los han superado, en la mayoría de los sectores, y las inversiones han aumentado (principalmente en EU).
En tercer lugar se habla de la reducción en la congestión del transporte marítimo, ya que los pedidos mundiales de nuevos buques portacontenedores han alcanzado máximos históricos en los últimos meses, representando el 6,4% de la flota existente y el gasto previsto de 17,000 millones de dólares en infraestructuras portuarias en EU.
Asimismo, sectores como energía, electrónica, maquinaria y equipamiento, se posicionan como los grandes vencedores en 2022, aunque para 2023 el sector automotriz cobrará mayor relevancia gracias a la acumulación de trabajo y al menor gasto de capital en 2021.
A nivel regional, Asia-Pacífico sería el principal ganador de las exportaciones en los próximos años, con más de 3 billones de dólares en ganancias entre 2021 y 2023.
En lo que respecta a las aportaciones de China, Europa corre más riesgo que EU debido a la fuerte dependencia de insumos intermedios procedentes del extranjero. Sin aumentos de la capacidad de producción e inversiones en infraestructuras portuarias, la normalización de los cuellos de botella de la oferta en Europa podría retrasarse más allá de 2022 si la demanda se mantiene por encima del potencial. Los sectores de equipamiento doméstico, electrónica de consumo, automotriz y maquinaria, y equipos, son los más vulnerables a la escasez de insumos.
«China es un riesgo clave a la baja para Europa: estimamos que una caída del 10% en las importaciones de la UE procedentes del país asiático podrían suponer un lastre mayor al -6% en el sector del metal, una caída de 3% en el sector de la automoción (incluido el material de transporte) y más de un -1% en informática y electrónica», afirma Ano Kuhanathan, Asesor Sectorial Senior de Euler Hermes.
Por otro lado, aún con la actual interrupción en la cadena de suministro mundial, Euler Hermes no encuentra una tendencia clara de relocalización o deslocalización cercana de las actividades industriales hasta ahora. La excepción es Reino Unido, que probablemente registre alteraciones debido al Brexit; sin embargo, el proteccionismo alcanzó un máximo histórico en 2021 y debería continuar elevado, principalmente en forma de barreras comerciales no arancelarias (como subvenciones, políticas industriales).