El Instituto de Recursos Mundiales México (WRI Mexico, por sus siglas en inglés), en conjunto con la Asociación Mexicana de Transporte y Movilidad (AMTM), el Instituto de Políticas para el Transporte y el Desarrollo (ITDP por sus siglas en inglés), Mujeres en Movimiento, la Asociación Latinoamericana de Sistemas Integrados para la Movilidad Urbana Sustentable (SIMUS), la Asociación Mexicana de Autoridades por la Movilidad (AMAM) y la Asociación Nacional de Productores de Autobuses, Camiones y Tractocamiones (ANPACT), arrancaron este martes 23 de junio la Semana de la movilidad de la iniciativa Revolución Sostenible con un panel magistral y un conversatorio de alto nivel, los cuales tuvieron como tema central repensar el modelo de movilidad urbana para el control de la pandemia del COVID-19 y la recuperación económica.
El panel magistral y evento inaugural abordó las experiencias en América Latina en el sector de la movilidad con respecto a las problemáticas que surgen en la transición hacia la nueva normalidad y con respecto también de las soluciones existentes para el sector, el cual es clave para la recuperación económica pospandémica. El panel fue presentado por Fernando Páez, director de Movilidad Urbana de WRI México, y contó con la moderación de Dennis Quennet, director de los programas de Ciudades, Transporte e Industria Sustentable de GIZ.
Martha Lucía Gutiérrez, secretaria general de la Red SIMUS, explicó que en la región los impactos se dieron en tres campos: en la limitación en la oferta de trasporte, en las medidas de aislamiento aplicadas en estaciones y portales y en los apoyos señaléticos.
Gutiérrez destacó también la capacidad de reacción que mostraron los gobiernos y la manera en que las empresas empezaron a estructurar sus protocolos de comunicación, sanitización y de manejo preventivo de la pandemia.
Javier Hidalgo Ponce, Diputado Federal del Congreso de la Unión, consideró que lo que se debe definir es cómo reanudar la movilidad de manera gradual y cuidadosa en nuestro tránsito a la nueva normalidad.
Hidalgo Ponce expuso que en cierto sentido el espacio más adecuado pareciera ser el automóvil, por las facilidades para aislarse que ofrece, pero resaltó que el 70 por ciento de la población tiene que usar el transporte público. “Por eso fue muy acertado acudir a la movilidad activa, como la bicicleta”, dijo.
Daniel Rodríguez, director asociado del Instituto de estudios de transporte de la Universidad de Berkeley dijo que la situación nos lleva a reflexionar sobre la importancia de la resiliencia, no sólo en términos físicos, sino sociales.
“Un punto clave es la conectividad entre movilidad y salud y la importancia de la movilidad activa, que nosotros y otras organizaciones como WRI ya entendíamos no sólo en términos de emisiones, sino también en términos de actividad física, prevención de la obesidad y del sedentarismo, en términos de calidad del aire obviamente, y ahora lo que nos trae es el tema de las enfermedades infecciosas, y creo que es una oportunidad para resaltar cómo diseñamos nuestros sistemas de transporte y de movilidad, pues estos tienen un impacto sobre la salud pública”, explicó.
Beatriz Cárdenas, co-líder Global de Aire de WRI, consideró que la pandemia pone sobre la mesa nuevamente el tema sobre el aire que respiramos, y que es una oportunidad de ligar nuevamente el tema de movilidad y la salud.
“También nos pone alerta sobre lo difícil que será poder reducir las emisiones ante esta necesidad de reanudar las actividades, pero es algo que hay que hacer por la sensibilidad que ahora tenemos de nuevo sobre el aire que respiramos… sabemos muy bien que la exposición a contaminantes nos hace más vulnerables a enfermedades, incluidas las infecciosas respiratorias (como el COVID-19)”, añadió Cárdenas.
Alejandro López, presidente de la Asociación Mexicana de Autoridades de Movilidad (AMAM), consideró que el transporte público es necesario para generar una mayor justicia y equidad social.
“Tenemos que tener presente la manera en la que estamos diseñando nuestras ciudades, y nuestras políticas públicas deben priorizar el tema de la evolución del transporte público. Yo creo que es una gran oportunidad, las ciudades están teniendo un gran desarrollo en este sentido”, dijo el también director del Instituto Queretano de Transporte (IQT).
López también abordó la importancia de buscar modelos financieros para obtener recursos públicos del nivel que sea y también privados mediante la creación de un frente común.
Gutiérrez consideró medidas como el escalamiento de las horas de entrada y de salida en los trabajos como muy importantes para bajar entre un 30% y un 50% el pico de demanda del transporte público en la mañana y en la tarde.
El segundo evento de arranque de la Semana de la movilidad fue el conversatorio Movilidad salubre y segura para la protección de la vida, el cual contó con una presentación de Sonia Aguilar, gerente de Seguridad Vial de WRI México, y contó con la moderación de Laura Ballesteros, de Mujeres en Movimiento.
Florencia Serranía, directora general del Sistema de Transporte Colectivo Metro (SCT), dijo que el reto más grande para ellos es mantener la operación y salvaguardar la salud de sus trabajadores.
“Para nosotros eso es la movilidad. La operación es poco glamurosa y poco política, está en el día a día. Se trata de innovar y ver qué se puede hacer para mantenerla”, dijo.
Serranía destacó que el metro de la capital fue de los primeros en el mundo en implementar el uso obligatorio de cubrebocas, y que hoy en día el 98% de los usuarios usa cubrebocas.
Mariana Orozco, directora de vinculación metropolitana de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (SEDATU), resaltó que la vocación del gobierno federal es muy diferente a la de los gobiernos locales, que está muy enfocada a la operación y el acercamiento ciudadano, y que en SEDATU se enfocan en buscar el financiamiento y en dar la asesoría técnica a los gobiernos locales. Añadió que uno de los retos a los que se enfrentan es normativo, puesto que muchas de las constituciones locales no hablan del derecho a la movilidad.
Sobre la experiencia en otros estados, Jorge Coxtinica, representante de Movilidad Integral Hermosillo, habló de la importancia de adaptar una cultura de la prevención y sobre el tema de la inversión. Propuso, por ejemplo, instalar cámaras de medición de temperatura dentro de los autobuses y cambiar las especificaciones de diseño de los autobuses, de manera que cuenten con más espacio y ventilación para hacerlos más seguros y confortables en términos de salud.
Ana Gabriela Mena, coordinadora estatal de Urgencias Epidemiológicas y Desastres, Secretaría de Salud de Jalisco, consideró apropiado que en su estado se optaran por medidas preventivas dinámicas, que cambian de acuerdo con la realidad. Compartió que se está priorizando la movilidad activa para trayectos pequeños y el consumo local. Para trayectos medios de 10 kilómetros dijo que se está impulsando el uso de la bicicleta, y el uso del transporte público para trayectos largos, pero con horarios escalonados y horarios y rutas extra para hacer posible el distanciamiento social.
En representación de la visión de la academia, Fernando Pío de la Hoz, director del Departamento de Salud Pública, Universidad Nacional de Colombia, dijo que hay evidencia escasa que demuestre que el transporte público desempeñe un papel importante en la transmisión del COVID-19, y llamó a una alianza entre los gobiernos y la academia para hacer una evaluación real.
La Semana de la movilidad está enmarcada dentro de la iniciativa Revolución Sostenible: diálogos para la recuperación, la resiliencia y la equidad, la cual pretende generar una conversación multisectorial hacia una recuperación pospandémica que nos lleve a una sociedad más resiliente a desastres y enfermedades, más justa y equitativa y cuidadosa del medio ambiente.
Durante esta semana se identificación líneas de solución para la movilidad como sector clave para la recuperación económica y para un regreso a la nueva normalidad que sea seguro, a través de la incorporación de criterios de inclusión, sostenibilidad, accesibilidad, equidad y cobertura.
Revolución Sostenible es una iniciativa de WRI México y las organizaciones aliadas Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), la Embajada Británica en México, la Cooperación Alemana al Desarrollo Sustentable en México (GIZ), la Iniciativa Climática de México (ICM), The Climate Reality Project América Latina, la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), y el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF).