La administración de las llantas que ya han terminado su vida útil y la prohibición de la entrada de usadas al país son los temas que ocupan, en este momento, la agenda de los integrantes de la Cámara Nacional de la Industria Hulera (CNIH). Su presidente, Daniel Benvenuti, mencionó en entrevista con Indicador Automotriz que ya se encuentran trabajando en la búsqueda de una solución para ambos.
El reto para la industria local es mantener su competitividad y adecuación a las normas internacionales de calidad, para poder no solo competir en México sino para exportar a cualquier parte del mundo. Y corresponde a las normas mexicanas de calidad establecer la normatividad que las llantas tienen que cumplir, la norma establece un valor máximo y uno mínimo, que puede cumplir el productor y una llanta usada no cumple con nada.
A partir de la publicación de la Norma Oficial Mexicana NOM-161-SEMARNAT-2011, en el Diario Oficial de la Federación, en febrero pasado, se cuenta con 180 días para presentar el anteproyecto sugerido para la administración de las llantas de desecho a través de un Plan de Manejo.
Los planes de manejo, “inducen a los productores, exportadores, importadores y distribuidores de productos, en este caso llantas, a tomar acciones encaminadas a maximizar el aprovechamiento y la valorización de los residuos con base en estrategias y acciones que deberán ser técnica, ambiental, económicamente factibles y socialmente aceptables”.
En América Latina, muchos países, ya restringen el ingreso de llantas usadas procedentes de otros países. En México, desde la Cámara, se busca hacer lo mismo. Hace algunos años “el ingreso de estas llantas se permitió como una medida de contar con productos de menores precios para ayudar a bolsillos con problemas”.
En la Cámara no se comparten estos argumentos, pues “estamos recibiendo en el país un pasivo ecológico que ya agotó su vida útil y no por cruzar la frontera se recuperara milagrosamente, encima agrega un nivel mayor de inseguridad. Esta llanta no cumple con ningún estándar de calidad ha agotado toda la vida que debía dar y sin embargo circula”.
Creo que llegó el momento de ponerse los pantalones, de reaccionar como en los otros países, es lamentable, pues si bien existe una cuota oficial que permite el ingreso de llantas procedentes de la frontera norte, entre 800 y un millón, en realidad son más de dos millones las que entran por año, abundó Benvenuti.
“Este problema es similar al de los autos chocolate ya que no se venden solo en la frontera norte sino a lo largo de todo el país, esto se debe combatir, primero, por la seguridad de todos los que circulan en las carreteras y segundo, para no ser destinatario del pasivo ecológico y tener que asumirlo”.
Por un lado se trabaja en un Plan para la disposición final de residuos y por otro se abre la puerta para que entren las llantas usadas, quién lo entiende, asegura Benvenuti. Empero, la llegada de una nueva administración al país abre nuevas posibilidades, “las posturas filosóficas son distintas e incluso teniendo en cuenta la alianza entre el PRI y el Partido Verde se puede entender mejor cuando se habla de disposición final y pasivos ecológicos”.