El gerente de Relaciones Gubernamentales de Navistar, Eugenio Paci, señaló la necesidad de seguir impulsando el Programa de Chatarrización, “ya que urge, urge el dos por uno en la compra de vehículos nuevos y seminuevos e indexar los estímulos fiscales, pues el último aumento se dio hace cuatro años y medio, el 12 de enero de 2008, y hay que considerar inflación, costos indirectos y obviamente el tipo de cambio.
Según datos de la Dirección General del Autotransporte Federal (DGAF) dependencia de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), al cierre de 2010, la flota vehicular de camiones de carga en el país estimada en 342 mil 064 unidades tenía una antigüedad promedio de 18.2 años. Mientras que las 66 mil 503 destinadas al transporte de pasajeros divididas en pasaje 41 mil 182 y turismo 25 mil 321 se reduce a 12.5 y 16.3 años, respectivamente.
Sin duda, para la industria del autotransporte, vienen buenos años. Las estrategias a medio plazo que van de 2013 a 2015 tanto de las empresas como del gobierno pueden lograr cosas interesantes en la renovación del autotransporte, aseguró Paci, quien considera importante dividir las políticas en pasaje y carga, por las características propias de cada uno de los sectores.
En pasaje, es necesario tener un acercamiento con los Secretarios de Desarrollo Económico y los Secretarios de Transporte de los Estados para establecer esquemas de renovación vehicular acordes a las necesidades de transporte público de cada región y apoyar a los gobiernos en la impartición de cursos de capacitación para posteriormente expedir las licencias correspondientes.
Hay estados donde “las unidades de transporte urbano llegan a tener edades entre 15 y 18 años. La idea es ofrecerles programas estatales integrales de renovación vehicular que incluyan planes de chatarrización y financiamiento para convertir al hombre camión en empresario de sociedad anónima, donde pueda contar con sistema de prepago, de GPS satelital, seguro de responsabilidad civil y daños a terceros”.
De esta forma no solo se reduciría la edad del parque vehicular, sino se contaminaría menos por la tecnología de punta incorporada en los motores y se proporcionaría un servicio de transporte urbano digno.
Para Eugenio Paci, en el segmento de carga, el problema es un poco más complejo, pues nada más en el Servicio Público Federal se contemplan entre 175 y 180 mil unidades con más de 21 años de antigüedad, más la chatarra que entra diariamente de los Estados Unidos, camiones que no están especificados ni para las cargas ni para las condiciones ni para los hábitos de conducción del país.