Uno de los aspectos más complicados que enfrentaron los transportistas el año pasado son los relacionados a las facilidades administrativas. “Si hiciéramos un recuento y las pudiéramos comparar contra lo que existía en 2013, hay una eliminación de facilidades que les permitían para la comprobación de gastos menores y viáticos, eso les complicó la existencia”, comentó el socio de impuestos corporativos de KPMG México, Mario Ríos.
En opinión del especialista, tal situación refleja un desconocimiento de las circunstancias en las que opera el servicio. “Resulta imposible pensar que un vehículo circulando en las carreteras y que tenga la necesidad de enfrentar una reparación (ponchadura) reciba un comprobante fiscal digital por internet de quien le brinda el servicio.
En México, las actividades económicas pueden pertenecer a los sectores primario, secundario o terciario y en función de ello reciben facilidades fiscales. “Al transporte (terciario) en su conjunto no se le da el peso específico que tiene dentro de la economía, siendo uno de los motores y pilares, se les olvida a las autoridades que debe ser conceptualizado como parte del sector primario como lo es la agricultura, ganadería o pesca”, indicó Ríos.
En sectores primarios las facilidades otorgadas están claramente especificadas de acuerdo con KPMG, pero no así en otros como transporte. “Por ejemplo, en el caso del estímulo carretero (cuotas del peaje) se les permite aplicar un 50% de sus gastos contra el ISR que causa ese contribuyente y ese estímulo lo puede acumular, entonces, sí le permites aplicar el 50% de lo que pagó en la caseta y que ese 50% lo acumule, pero es partícipe de un beneficio de forma incompleta”.
Otra dificultad que han enfrentado los transportistas es la recuperación de saldos a favor. Cuando salen de un punto de México y su destino termina en Estados Unidos, para efectos de IVA el servicio va grabado a tasa de 0%, lo cual les genera saldos a favor. “Debería resultarles una buena noticia, sin embargo, el tema son los problemas que esos contribuyentes han enfrentado para recuperar esos saldos”, indicó Ríos.
A todo lo anterior se añade la carga administrativa que se generó a partir del 2014 con una serie de requisitos, si bien no exclusivos para el transporte, pero muchos de ellos no estaban preparados para su cumplimiento, como la facturación electrónica o el timbrado de las nóminas.
Los contribuyentes que tengan ingresos menores a cuatro millones de pesos en el año cumplirán la contabilidad electrónica hasta el 2016, pero si un transportista supera esos ingresos tendrá que cumplir como el resto de los particulares en este país con la contabilidad electrónica en 2015, lo que implica que ya tenga una plataforma tecnológica y que su personal esté preparado para atender esos requisitos.
“KPMG ha venido coadyuvando en las mesas de diálogo que se tuvieron con la Secretaría de Hacienda, precisamente haciéndoles ver la problemática que están enfrentando. A diferencia de un agricultor o un pesquero del sector primario, independientemente de su nivel de ingresos, que van a cumplir hasta el 2016 con dicho requisito”.
Mario Ríos comentó que las dificultades que han enfrentado los transportistas pueden ponerlos en riesgo en tanto la carga los obligue a atender tanto compromiso de requisitos fiscales y eso los haga perder el enfoque de su negocio.
“El hombre camión se ve afectado porque su infraestructura no es necesariamente la adecuada. Se han dado grandes pasos por parte de la autoridad y ha tenido acercamientos con la mayoría de las cámaras empresariales del país, pero sin duda no es suficiente, se tiene que hacer estudios, análisis y convocar a mesas de diálogo”