El inicio de crisis económica, a finales del año pasado, creó condiciones ideales para inundar al país con tractocamiones usados provenientes de los Estados Unidos, pero gracias al decreto que emitió la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) el pasado 24 de marzo, los efectos poco han tenido que ver con los malos resultados que experimenta la industria. “Si ahora estamos mal, estaríamos peor con la importación de usados”, afirmó el presidente de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA), José Gómez Báez.
La apertura a la importación de camiones usados, de más de 10 años a territorio nacional al arranque del 2009, se convirtió en la peor pesadilla del sector desde su anuncio, por el impacto que representaba en ingresos y empleos –la competencia desleal que el gobierno estimuló por medio del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN)-.
Después de diversas advertencias sobre los efectos contraproducentes que se avecinaban con esta decisión, la noticia que emitió la Semarnat, el pasado mes de marzo, al establecer como condición la importación de modelos 2004, por incorporar mejor tecnología en materia de motores a diesel, con la normatividad EPA-04 y Euro IV, fue suficiente para evitar -lo que se consideró –una catástrofe-.
Datos de la Cámara Nacional de Autotransporte de Carga (Canacar) muestran que entre enero y marzo, se importaron mil 16 unidades. La mayoría antes del decreto, y con ello los pronósticos de incrementar el parque vehicular nacional con más de 5 mil modelos de este tipo dejó de ser una preocupación para los distribuidores y armadores nacionales.
“Fue un reclamo que a todos los involucrados en el sector nos preocupó mucho más por el cierre tan dramático del 2008 por la crisis. La caída en la producción y venta nacional de unidades se encuentran en un escenario difícil, pero se espera una mejoría para el año entrante. De no ser por este decreto estaríamos viviendo otra realidad debido a la entrada de una cantidad importante de camiones en pésimo estado.
“Son varios los problemas que se frenaron con el decreto, pero el principal fue evitar chatarrizar el parque vehicular de la República Mexicana con unidades viejas que contaminarían y pondrían en riesgo las carreteras del país”, subrayó el director técnico de la Canacar, Refugio Muñoz.
El presidente de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA), José Gómez Báez, paralelamente resaltó que el segmento de tractocamiones es el más castigado con una caída en ventas en mayo del 51.3% y del 81.8% en lo que va del año.
La retracción económica mundial sigue sin dar tregua a las ventas de camiones pesados al reflejar números similares a los de 1995 cuando se enfrentó una caída similar, “con la única diferencia de que las tasas de interés actualmente están bajas si se comparan con ese año lo cual marca una diferencia favorable”.
Por ello rescató la buena noticia de lograr un freno “significativo” a la entrada de camiones usados a México, lo que hubiera sido un peso mayor a la carga que se tiene en las ventas y producción.
“Si ahora estamos mal, imagínate lo complicado que sería salir de la situación que ahora vivimos si le sumamos este factor. Afortunadamente no hay ninguna afectación por ese tema”, concluyó el presidente de los distribuidores.