Lo que parecía ser un día relajado en una jornada de trabajo normal, se convirtió en una pesadilla para el conductor del camión de carga. Una obstrucción en la carretera lo obligó a bajar la velocidad, en ese momento fue interceptado y amenazado con un arma de fuego. Sin él saberlo el incidente paso a formar parte del 90% de las estadísticas de los robos en carretera.
Una vez pasado el susto y cumplido con las diligencias policiales, en plática con algunos de sus compañeros de la empresa transportista para la cual trabaja, se enteró que en 2017 en comparación con 2016, en México el robo a transportes de carga aumento en 85.5%, de acuerdo con información de la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin).
En entrevista con Indicador Automotriz, el Director General de TPS Armoring, Rafael Canalizo, reconoció que ante la inseguridad existente en la industria del autotransporte, el blindaje de las unidades representa una opción segura y se considera una referencia en el tema a nivel nacional.
“Ante una situación tan delicada como la que prevalece en México, hemos detectado un área de oportunidad en el blindaje de vehículos desde camionetas Suburban y Cherokee y a solicitud de algunas empresas de camiones y tractocamiones”.
En el tema del blindaje, “hemos visto un área de oportunidad, ante la situación tan delicada que vive la industria del autotransporte de carga en el país, debido a la inseguridad que prevalece. Por ello, algunos transportistas nos han solicitado blindar camiones y tractocamiones”, aseguro Rafael Canalizo.
En un tractocamión las partes que se pueden blindar son: cabina con mampara divisoria, puertas delanteras, la llamada pared de fuego ubicada entre el motor y la cabina. También se protege el radiador, la caja de fusibles, la computadora del motor, al tanque de combustible se le puede aplicar un recubrimiento para disminuir las fugas de combustible, entre otros. Con un costo cercano a los 60 mil dólares, equivalentes a 1 millón 132 mil pesos mexicanos.
Proceso y tipos
El proceso tiene una duración de seis a diez semanas, dependiendo del nivel de protección que se requiera y el tipo de unidad de que se trate se conforma de las siguientes fases: recepción del vehículo, desarmado, blindaje, pintura, armado y control de seguimiento de calidad, durante el tiempo que se realiza el sistema de calidad de la empresa verifica que se cumpla con los requerimientos de calidad establecidos.
El blindaje puede ser de dos tipos; transparente, en cada cristal de la unidad, formado por láminas de vidrio y películas plásticas de policarbonato, conservando al máximo, su estilo original y del acero balístico, formado por una estructura y revestimiento balístico, acorde al nivel de protección requerido, ambos cuentan con certificados que avalan la protección y siempre se utiliza el mismo proceso, con ello se garantiza la calidad.
Para Rafael Canalizo, desde el punto de vista económico al momento de blindar un vehículo las primas de los seguros bajan. Con esta reducción las ganancias del transportista se incrementan, y hasta se puede cobrar un poco más por flete debido a la seguridad que éste brinda. Y así se puede decir que el transporte “es un negocio redondo para el transportista, el cliente y las aseguradoras”.
En Centro, Sudamérica y México este tipo de negocios incrementó su participación a partir de 2015 debido, entre otros, al valor de las mercancías que transportan. Una recomendación para quienes optan por el blindaje es “que las unidades no presenten ningún daño estructural y no cuenten con más de cinco años de vida. La operación únicamente es viable hasta los dos años de antigüedad”.