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Sin duda alguna la importación de vehículos usados procedentes de los Estados Unidos, al amparo del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, representa un dolor de cabeza no solo para los fabricantes de camiones pesados en México, sino también para los usuarios del transporte, debido a que se convierten en unidades inseguras, que vienen a ampliar el grave problema del obsoleto parque vehicular mexicano con 17 años promedio de antigüedad.

De acuerdo con cifras de la Asociación Nacional de Productores de Autobuses, Camiones y Tractocamiones (ANPACT), durante 2010 la importación de vehículos usados alcanzó 8 mil 293 vehículos que en comparación con las 28 mil 001 unidades nuevas colocadas en el mercado interno, que representa un porcentaje porcentual de 29.6.

A través de un desplegado, los miembros de la Asociación Nacional de Transporte Privado (ANTP) señalan que “los vehículos de autotransporte son parte fundamental en el suministro y distribución de las mercancías para el óptimo posicionamiento de los productos mexicanos, tanto en el ámbito nacional como en el internacional.

“La importación de estos vehículos usados es un fuerte revés a la política ambiental y de modernización, a las políticas de eficiencia energética y a la aspiración de México de convertirse en una plataforma logística de clase mundial…

Asimismo, “toda vez que las unidades que están siendo importadas del extranjero carecen de Certificados de Origen, no cumplen con las especificaciones de EPA04 ni de Euro IV, no observan los requisitos mínimos de seguridad para transitar en nuestras carreteras y tampoco cuentan   con el Registro Público Vehicular (Repuve) por lo que en estricto sentido no deben estar en circulación”.

Ante la situación es imperativo que las autoridades en conjunto con empresarios y transportistas trabajen en busca de una solución basada en seis puntos. Que el Gobierno Federal emita de  manera urgente un nuevo instrumento jurídico que detenga la entrada de vehículos usados (chatarra).

Forzar la observancia de las NOM’s desde el preciso punto de entrada al territorio nacional, cualquiera que este sea, exigiendo que antes de la importación de los vehículos usados cumplan con la NOM-044-SEMARNAT-2006 y el Certificado de Origen correspondiente. La modernización urgente del parque vehicular, la generación de mayores incentivos para el programa de chatarrización, el fomento a los esquemas de autorregulación y el apoyo al uso de vehículos híbridos.

Cabe señalar que los vehículos usados se pueden importar tanto al amparo del Tratado de Libre Comercio como del Acuerdo publicado en el Diario Oficial de la Federación (DOF) el 24 de marzo de 2009, de cualquier lugar del mundo,

La importación de vehículos usados en 2010 por segmentos alcanzo en tractocamiones  1 mil 631 contra 6 mil 984 nuevos con una participación de 23.4%; el camiones de 5 a 20 toneladas diesel usados 766 contra 6 mil 868 y una participación porcentual de 11.2%.

En camiones de más de 20 toneladas diesel los usados representan 225 unidades contra 7 mil 116 nuevos y una participación de 3.2%. Pero el segmento mayormente afectado es de los camiones hormiguera o revolvedoras con la importación de 645 unidades usadas contra 359 nuevos, lo que representa un participación de 179.7%, es decir que por cada vehículo nuevo que se vende se importan dos usados.

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