La propuesta de impuestos verdes en la reforma hacendaria que el presidente de México, Enrique Peña Nieto, entregó a la Cámara de Diputados, está encaminada a “motivar a las empresas a utilizar combustibles más limpios”, afirmó el titular de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), Juan José Guerra Abud.
En el marco del Tercer Congreso de la Industria Siderúrgica Mexicana, Guerra Abud, destacó la necesidad de México de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, provenientes del consumo de los llamados combustibles fósiles.
“Estamos convencidos que, a través de la reconversión de los sistemas de producción para utilizar combustibles más limpios, les va a generar (a los industriales) un beneficio y un beneficio para el país”, agregó en entrevista.
La reforma prevé un cobro de impuesto verde por cada tonelada emitida de Dióxido de Carbono (CO2) de poco más de cinco dólares, equivalente a 70 pesos mexicanos, “una estimación de la Secretaría de Hacienda indica que se generarían alrededor de 20 mil millones de pesos.
“México tiene que usar combustibles más limpios, pues se están usando combustibles que son muy contaminantes”, añadió que los llamados combustibles fósiles generan el 76% de de los gases de efecto invernadero.
Guerra Abud, reconoció que la falta de diesel de ultra bajo contenido de azufre genera “un atraso de dos generaciones en la tecnología utilizada en la industria automotriz”. Agregó, que la mayoría de los países con los que México compite tiene impuestos de este tipo y en algunos de ellos se cobran entre 20 y 30 dólares por tonelada de CO2 emitida. «México es el único país del mundo que por ley debe reducir los gases y la meta es bajarlos 30% en el año 2020”.
El crecimiento económico de México va de la mano del aumento de los gases de efecto invernadero, de ellos alrededor del 67% son producidos por la generación y consumo de energía, de la industria del autotransporte, entre otras.
El titular de la Semarnat, reconoció la necesidad de fomentar “el uso del Gas Natural y Gas LP como combustibles alternos por ser menos contaminantes y existir una abundancia en las reservas. En el Estado de Nuevo León, ya se trabaja en un plan piloto para reconvertir una flota de distribución de diesel a Gas Natural, que significará un ahorro de 50%, esos son los cambios tecnológicos que se tienen que hacer, aunque esto no será fácil”.
