A pesar de diversos acontecimientos que impactaron a nivel mundial y nacional, como el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, el desabasto de semiconductores, la regularización de los vehículos de procedencia extranjera, los paneles de resolución de conflictos con el T-MEC en materia de Reglas de origen y de política energética, o la inflación, por mencionar algunos de los obstáculos enfrentados durante 2022, la industria automotriz logró un avance en su recuperación en comparación con el año anterior, pero sin superar los niveles prepandemia.
De acuerdo con la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA), al cierre del 2022 se registró una producción anual mayor que en 2021 en 9.2%, mientras que para este 2023 se estima un aumento de 6.6% contra el 2022. En cuanto a las exportaciones, se tuvo un cierre anual con un crecimiento de 5.9%, y para 2023, se espera un incremento de 7.2% con respecto al año anterior. Por lo que hace a las ventas domésticas de vehículos ligeros se incrementaron 7.0% al cierre de 2022 y se espera un crecimiento de 5.4%% para 2023.
Si bien el desabasto de semiconductores continúa avanzando hacia su recuperación, la escasez seguirá representando un riesgo importante durante 2023, al igual que la situación internacional, como es la posible recesión de la economía estadounidense y las regulaciones en el entorno financiero. No obstante, la posible recesión en Estados Unidos, se espera que, conservando la participación de los vehículos fabricados en México en dicho mercado, se puedan compensar los efectos negativos de esta posible contingencia.
Asimismo, en cuanto a los compromisos ambientales que se han adquirido a nivel industria y como país para que se impulse la transición a la electromovilidad en México, aún hay un largo camino por recorrer. Ante esto, la AMIA ha reiterado la necesidad de aplicar incentivos a la fabricación y uso de vehículos electrificados que permitan al país avanzar en el cumplimiento de los objetivos planteados en materia de mitigación de emisiones de gases de efecto invernadero.
Es importante fomentar una colaboración estrecha entre el gobierno y la industria para que se desarrollen las políticas públicas necesarias que promuevan la transición hacia la electrificación en México. Con ellas podrá llevarse a cabo una transformación más ágil.
Otro de los temas internacionales que es de gran importancia para la industria, y que trae grandes oportunidades a México, es el T-MEC. Si bien, en materia del dictamen sobre el panel de Reglas de origen –y a pesar de que será anunciado oficialmente hasta mediados de enero-, es muy probable que el fallo sea a favor de México y Canadá, permitiendo mantener la competitividad de la industria automotriz establecida en México.
Por otro lado, se mantiene la incertidumbre respecto al posible panel en materia energética, que traería consigo un riesgo en caso de emitirse una resolución contraria a la política energética de México que implicara sanciones económicas y represalias arancelarias que interrumpirían la cadena de valor de la industria automotriz en la región.
Si bien, aún se tienen retos importantes para el sector automotriz a lo largo de 2023; la industria mantiene un compromiso con México y agradece a todas las personas que desempeñan actividades a lo largo de la cadena productiva y comercial del sector, y que hacen posible que la industria automotriz en México genere más de 980 mil empleos directos, beneficiando a más de 3.5 millones de personas en nuestro país.
Por ello, la AMIA y sus asociados continuarán trabajando en la defensa de los intereses de México y seguir apostando por el bienestar del país, mediante la promoción de un mayor acercamiento entre la industria, autoridades gubernamentales y la sociedad para salir adelante y continuar con la tarea de procurar el desarrollo de actividades que favorezcan la recuperación económica y el bienestar de la población.