General Motors (GM) comenzó a operar este viernes con una rejuvenecida estructura corporativa y un estado financiero saneado gracias a que el pasado domingo una corte de bancarrotas aprobó la venta de activos.
Autoridades gubernamentales y de GM firmaron hoy a las 06:30 horas los documentos necesarios para la transferencia de una buena parte de sus activos, como plantas, propiedad intelectual y dinero, a una compañía controlada por el gobierno estadounidense.
La empresa explicó que tendrá un 35% de alta dirección, y un 20% menos de trabajadores de fábrica, con lo que pasará de 91 mil a 64 mil empleados.
El director ejecutivo de GM, Fritz Henderson, anunció esta «nueva» compañía emerge de la bancarrota después de sólo 40 días.
«Este día marca un nuevo comienzo para GM, uno que permitirá a cada empleado, incluyéndome a mí, volver al negocio del diseño, construcción y venta de estupendos autos y camiones, así como cubrir las necesidades de nuestros clientes», dijo en conferencia de prensa desde su oficina en Detroit.
Tras sólo 40 días después de su declaración de bancarrota, la automotriz considerada alguna vez la mayor del mundo, resolvió sus grandes deudas y los contratos que la ataban a los préstamos federales.
«Una cosa hemos aprendido en los últimos 100 días: que GM puede moverse rápida y decisivamente» indicó el ejecutivo.
«Enfatizaremos vehículos más pequeños y mejores», añadió Henderson al anunciar que la compañía reestructurada es menor pero mejor equipada para alcanzar la competitividad mundial.
Henderson indicó que GM mantendrá cuatro marcas, Chevrolet, Cadillac, Buick y vehículos utilitarios y camiones GMC.
General Motors perdió 80 mil millones de dólares en los pasados cuatro años.
El Departamento del Tesoro de Estados Unidos posee 60.8% de la nueva empresa, el Fondo de Prestaciones Médicas a Retirados un 17.5%, mientras que los gobiernos de Canadá y de la provincia de Ontario tienen 11.7% de las acciones. La antigua General Motors posee actualmente 10%.
