El desarrollo de la industria automotriz siempre ha estado muy vinculado a la tecnología avanzada en el proceso de fabricación, incorporando robots, por ejemplo, que les ha permitido alcanzar diversos niveles de automatización; no obstante, los avances en este rubro son cada vez más rápidos por lo que los fabricantes deben adaptarse pronto a los cambios. Al mismo tiempo, la llamada cuarta revolución industrial ha abierto el debate sobre la menor cantidad de empleos que se generarán con ello.
De acuerdo con KPMG, firma multidisciplinaria que provee servicios de auditoría, impuestos y asesoría, los avances tecnológicos traen consigo una nueva expresión de la revolución industrial, entendiendo este cambio histórico como un notable salto en materia de productividad y velocidad en el ritmo de negocios de las empresas, es decir, hacer más con menos y mucho más rápido, esta vez soportada por el uso de tecnologías de la información tales como robotización de procesos e inteligencia artificial.
De esta manera, como parte de las nuevas tendencias en diversas industrias vinculadas a la revolución industrial tecnológica, para fortalecer la competitividad de las empresas es probable que la robotización de procesos represente el foco principal en el corto plazo, principalmente por la capacidad de entrega de los beneficios de automatización en un periodo relativamente corto.
En los últimos años, la robotización en las plantas industriales de cualquier tipo ha ganado una gran atención ya que está asociada a la reducción de costos, la seguridad, mayor precisión, así como de mayor trabajo repetitivo.
Claudia Sánchez, consultora en Innovación Tecnológica de COLINNOVACION, empresa colombiana de consultoría especializada en diseño y formulación de proyectos en ciencia, tecnología e innovación, explica que se conoce como automatización “al proceso que permite que las máquinas realicen un número predeterminado de operaciones ordenadas, a través del uso de dispositivos y sistemas que facilitan el control de diferentes variables del proceso, limitando a su vez la intervención humana”.
Precisa que, por lo general, un proceso de automatización industrial ocurre por la convergencia de tres tecnologías: mecánica, electrónica e informática, las cuales le dan dirección a los procesos tecnológicos, asegurando su optimización, en forma de sistemas automáticos”.
En el caso específico de la industria manufacturera, precisa Sánchez, “la automatización puede implementarse a partir de la intervención en áreas básicas como: los procesos de manufactura, el manejo de material, los procesos de inspección, y otros procesos como ensamble y empaque”.
La robotización trasciende mucho más allá de la reducción de costos, ya que existen otros beneficios como la reducción del riesgo operativo al minimizar errores humanos y agilizar los tiempos de producción.
Estos cambios tecnológicos están englobados en el concepto de la cuarta revolución industrial y ha derivado dos principales debates en torno a ella, por un lado, si las industrias y ejecutivos están preparados para crecer y adaptarse al ritmo que surgen los avances tecnológicos; y por otro lado, si la mayor robotización implicará menor creación de empleos, ya sea en plantas de producción de autopartes, automóviles, camiones o autobuses, aunque en éstas últimas dos es menor el índice de automatización por los menores volúmenes de producción en comparación con el sector automotriz.