De acuerdo con un análisis realizado por la empresa Deloitte, los ocho Aspectos críticos de la apertura del mercado de combustibles son: Pérdida de posición del mercado, permisos, calidad y volumen de los combustibles, Impuesto Especial sobre Producción y Servicios, enfoque de apertura, norma de combustibles, regulación de la Comisión Reguladora de Energía (CRE) y ductos.
Si se considera que el 56% del volumen de gasolinas vendido en el país proviene de otros países y únicamente el 46% es producido por Petróleos Mexicanos (Pemex), el hecho representa una disyuntiva que la empresa petrolera podría abordar con base en tres estrategias: Privilegiar la producción de refinerías, reducir la importación de combustibles y una combinación de ambas donde los competidores tendrían que elegir el camino para competir con la paraestatal “infiriendo qué porcentaje de acción perderá la paraestatal”.
Para el Socio de Energía y Recursos Naturales de Deloitte, Arturo García Bello, “frente a la apertura comercial, los nuevos jugadores pueden obtener una participación total de mercado con relativa facilidad. Pemex reconoce que perderá terreno y debe decidir, desde un punto de vista estratégico, qué acciones tomar” ante una posición vulnerable derivada de la apertura comercial del mercado; sin embargo, mantiene su posición dominante por tratarse de un mercado monopólico.
Ante la posible pérdida de mercados, entre las acciones a considerar se encuentran tres estrategias; entre ellas, privilegiar la producción de refinerías a través de alianzas estratégicas, desprenderse de los activos, reconfigurar las refinerías que así lo requieran y mejorar la calidad de los producto que se producen, reducir la importación y diseñar una mezcla de ambas para brindar un equilibrio a la empresa, de esta manera.
Por otra parte, añade el análisis, la reforma energética plantea en su mayoría un claro panorama y conciso, empero, la temática de los permisos, que no es materia de la reforma, puede obstaculizar la apertura comercial. Ejemplos de ello son: el número de permisos de toda la cadena de suministro desde el importador, almacenaje, distribución, transporte, hasta las gasolineras, varía en cada estado de la República.
Además, no existe un tiempo promedio pronosticado para la obtención de los permisos. Y hay un tema a vencer que es la corrupción existente y una nueva Constitución Política para la Ciudad de México y un número mayor de municipios, con el número de delegaciones existentes en la actualidad, implica la creación de nuevas reglas para éstos.
De acuerdo con la evaluación de Deloitte acerca de la gestión de las inversiones y la entrada de grandes distribuidores y productores. “Si la CRE privilegia el volumen, Pemex y los actuales gasolineros serán los mismos jugadores, nulificano la apertura comercial contemplada en la Reforma Energética.
En México la infraestructura existente requiere de una inversión significativa, en especial en regiones del país como el Pacífico y el sureste, así como en los gasoductos del sur. “Para que la inversión se geste se requieren acciones del gobierno federal y los gobiernos estatales que eliminen el robo de combustibles y agilicen los derecho de paso. De no establecerse penas significativas, tanto para los adquirientes de los combustibles, como para los que los roban, la inversión no se materializará”.
Hasta el 8 de agosto se habían autorizado 99 permisos para la importación de gasolinas y 142 para la importación de diesel, a empresas como Oleum Chemicarum Consumens, Petrorack, Forza Combustibles, Petroasesores, Petrovrim, Puma Energy, entre otras firmas.