De acuerdo con estimaciones del Instituto de Políticas para el Transporte y el Desarrollo (ITDP) de no modificar la tendencia de gasto registrada recientemente en las ciudades del país con varios fondos y programas federales casi el 90% de los recursos para proyectos de transporte y movilidad se destinarán para obras de ampliación y mantenimiento de la infraestructura vial (48 mil 123 millones), y sólo 6% a proyectos de transporte público (3 mil 396 millones).
A pesar del trabajo de la sociedad civil por impulsar políticas públicas efectivas a favor de la promoción de una movilidad urbana sustentable en diferentes ciudades del país y de la creación de un Programa de Impulso a la Movilidad Urbana Sustentable (PMUS), la propuesta de Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) para 2015 ha omitido recursos para dicho programa, coincidieron especialistas.
La directora ejecutiva del CTS EMBARQ México, Adriana Lobo, mencionó que sólo uno de cada cuatro viajes urbanos se hace en automóvil privado, en donde $4 de cada $5 pesos de la inversión federal en movilidad se destinan a infraestructura orientada al automóvil particular, y casi no se destina recurso para mejorar el transporte público y no motorizado.
Existen varios co-beneficios de transitar hacia una política de movilidad urbana sustentable en las zonas urbanas de México, tales como: equidad social en la distribución del gasto público, disminución de muertes violentas por accidentes de tránsito, mayor competitividad de las ciudades al no perder tanto tiempo en el tráfico, disminución de la contaminación urbana que afecta a la salud pública, entre otras.
Por lo anterior, las organizaciones sociales miembros de la Red por la Transición Energética urgieron a migrar de un modelo de transporte urbano basado en el uso indiscriminado del automóvil particular, hacia una solución de movilidad capaz de optimizar el uso de los combustibles y de la infraestructura vial.
Por su parte Liliana Estrada, investigadora de Inteligencia Pública afirmó: “La movilidad urbana sustentable no sólo permite acceder a formas eficientes y disponibles de movernos, sino ayudar a mejorar a la salud, el medio ambiente y la calidad de vida de la población”. En el año 2012 el 65% de los recursos federales fueron destinados para ampliar y mantener la infraestructura vial.